Para evaluar el desempeño es importante que las empresas reconozcan aquellas debilidades y fortalezas con las que cuenta la organización y definan el ¿qué evaluar?
Definir el que les permitirá establecer un conjunto de acciones que los llevara a desarrollar un ejercicio no de evaluación sino de retroalimentación, en el cual se asuman posiciones y responsabilidades ya sean positivas o negativas.
Con esto no se busca que el empleado deje de asumir sus roles, sino que logre encontrar esa motivación que lleve a que su desempeño sea cada vez mejor, y para ello la empresa debe asumir ese liderazgo en representar una organización que piensa en el futuro y la creación de procesos sólidos que lleven a que sus empleados encuentren y se visualicen en el futuro con la organización.
Existen muchos aspectos a evaluar, pero es ahí donde cada organización debe generar esa particularidad que se resalta en sus definiciones estratégicas, y no quedarnos solo en evaluar aspectos relacionados con el desempeño, ya que sólo nos dedicaríamos a evaluar las funciones y responsabilidades.
Para ello se recomienda que se busquen aspectos relacionados con dos temas que influyen en los aspectos motivacionales y por ende del clima organizacional, como lo son los actitudes y el comportamiento.
En la siguiente entrada seguiremos desarrollando la idea.
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